01/12/24. Si la economía fuera un cuerpo humano, la infraestructura podría verse como parte del sistema circulatorio: sin ella, las regiones no se comunican, el comercio no fluye y las ciudades colapsan. Sin embargo, en un momento en el que las grandes obras de infraestructura prometen reactivar la economía, las grietas en carreteras, los retos en licenciamiento y trabajo con las comunidades, además de los sobrecostos, parecen ser la constante de un sector que, en medio de obstáculos, busca ser motor clave de desarrollo.
Con una inversión proyectada de $240 billones en los próximos 20 años, Colombia tiene ante sí el desafío de cerrar las brechas logísticas que afectan su competitividad. El reto, sin embargo, va más allá de kilómetros de carreteras y toneladas de concreto: de fondo, se trata de construir un país donde las oportunidades fluyan por autopistas, rieles y puertos que conecten a las regiones olvidadas con los grandes centros de producción.
Durante el tercer trimestre del año, el crecimiento de la economía caminó, en parte, por las obras civiles. Según el DANE, este renglón creció 4,1 % entre julio y septiembre, frente a los mismos meses de 2023. Un impulso que casi duplica el registro del segundo trimestre del año (2,3 %), con una reactivación de 78, 2 % de las carreteras, calles, vías férreas y pistas de aterrizaje, puentes y carreteras elevadas. En la práctica, de todo el sector de construcción (que agrupa infraestructura con otros aspectos), los problemas más grandes están en la edificación residencial y no residencial.
Noticia completa: https://www.elespectador.com